A 100 años de UdG, 45 de Geografía, 25 de Geocalli y maestría
queda la reflexión cliché que el tiempo no pasa en vano. El proyecto de
disciplinar el conocimiento más que arduo es una hazaña. Y aun así lo han
logrado con promesas que ya cumplieron función. Del camino recorrido ahora
quedan huellas, que nuevos andantes seguirán hasta bifurcar por esos destinos
que siempre seducen por novedad.
El proyecto que se perfila no es borrón y cuenta nueva, sí
tiene un sentido queda claro que ya no es el norte, pues el conocimiento geográfico
ha avanzado para demostrar que el rumbo ideal es cualquier punto cardinal si se
busca el horizonte sin descanso.
Las novedades se instalan sin pedir permiso, se infiltran
por toda rendija, su sutileza es de impacto. Sabiendo eso que lo anecdótico se
vuelva fundante no tiene que sorprender.
A la escena el Doctor José Omar Moncada Maya para hablar de
los retos de la geografía mexicana. Su recuento histórico fue el remontaje
hacia el remoto surgir de la geografía como ingeniería en el siglo XVII, se esperó
y se esperó que llegue a hablar de los retos, pero el reto supero al discurso planeado
y se hizo ambiente.
Durante el tiempo de la presentación la concentración del auditorio sufría cortos de comunicación, pues entonación no seguía pantalla ¡el cable HDMI fallaba, la comunicación entre computador y pantalla no era continua! Pasar por alto algo que ocurre no es nada científico. Por diplomacia jocosa se mencionó que: ¡la participación del doctor fue tan brillante que no necesito de tecnología! Pero la contradicción era inevitable, pues se supone que la tecnología sirve al sabio y facilita el comunicar.
Si hay dos cosas de las cuales no se puede huir es de la muerte y la ironía. Por irónico desenlace el reto de siglo llego al lugar, que una pantalla fallara era la señal. No existe mejor presentación para explicar los retos de la geografía del siglo XXI que la cibernética aplicada fallando.
Creo que la coyuntura pide más de lo que se ha planeado
hasta el momento.
No quiero que se interprete como una superación de los
objetivos ya dictados. Si no una apuesta más ambiciosa por exigencia historia,
donde las pretensiones individuales no se olvidan, sino se suman otras que
nutren el proyecto considerablemente.
1.- El desenlace de la geografía: tras el evento de los 45
años de la licenciatura, una conclusión categoría alcanzo a todos; la transición
generacional fue declarada. Pueden dar cuenta de este acontecimiento en la
postura en redes de “Investigación Geografía UdG” canal que aviso del evento.
Republicaron la presentación de Zeromski sobre la Metageografía señal del encaminamiento.
De esto se deduce que la renovación teórica para la geografía ha empezado ¿Nos alcanzará?
¿Qué postura tomaremos al respecto?
2.- Las dolencias del gremio y la lucha con la idiosincrasia:
si bien existen responsables individuales de la desintegración, lo que queda
más claro aún es que “ni causantes ni afectados” han hecho cosas diferentes
para salir de la crisis. Crisis que resulta ser más profunda por ser de idiosincrasia,
crisis natural porque exige de todos un cambio; la lucha es externa e interna
claramente.
3.- La ruta epistémica: contrariamente a la algidez de los
problemas ambientales como el cambio climático, la ruta conceptual de la geografía
se ha dirigido a la declarativa de su entonación social como último alcance de
su génesis. Esto significó un desencantamiento del cosmos, del holismo al
reduccionismo social. Las claves del desarrollo han seguido esa pauta y hoy
sabemos de sus negligentes consecuencias; el aumento del riesgo por el
desequilibrio infrenable de nuestro supuesto crecimiento. ¿Sostenibilidad,
sustentabilidad, resiliencia? Ahora son los deseos.
4.- El re-encuentro con el cosmos: ¿es la IA parte del
cosmos? Tanto nos han hecho creer que el universo sea distanciado de nuestro
cotidiano que ya no obramos con lógicas que conecten, sino con pragmatismo benefactores
del lucro, ambición menor cuando se sabe que uno de los principios de la geografía
es la conexión, conexión que nunca ha tenido límites más aquellos que los geógrafos
han creído y justificado con complejos. Si con la globalización se dice del
lugar al globo y del globo al lugar. Con la IA en marcha la escala se amplia y
rompe la barrera del espacio con el tiempo, se pierde la demarcación-ficción
que los separa; el futuro llega simulado para dirigir la transformación ¿Qué acaso
eso no es cosmos en acción?
5.- IMEPLAN y su limitado paradigma de ciudad: pensar en cosmos es jerarquizar, que cuenca es antes que ingeniería, que sin relieve no existe estabilidad, que ciudad no es posible sin naturaleza.
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