¿Qué sigue después del silencio?
No se puede esperar que todo acontezca a virtud de lo
favorable. El vivir se torna en rebeldía cuando las intenciones de los otros
agujeran los sueños. Se aplauden las hazañas pero no se acompaña en el desafío.
En fin, esto es capitalismo, no se espera más que utilidades; entrega tu tiempo
y recibe dinero, vuelve a casa, reparte lo que ganas y retorna al ciclo.
Si el verdadero sentir fuera explayado la literatura y el
cine no tendrían sentido. El paralelismo de las historias encuentran encanto
cuando se configuran desenlaces que emociona. El teatro del día a día, es la
famosa hipocresía, el sonríe mientras soportas o el respeta mientras puedas.
¿Idiosincrasias? ¿Qué son? La sociedad tiene modos, forma de
trato que pueden parecer tan naturales que se vuelven leyes. Entonces la idiosincrasia
tapatía solo puede ser avizorada por el contraste del habitar otro lugar antes
o después. No se trata de una postura de turista, eso es insuficiente. El
turista sabe que su paso es programado, que el destino tiene puerto, que la
patria espera y la familia respalda.
Ser inmigrante es otro juego. Eres alteridad minoritaria
ante locales con diferentes cargas culturales y tolerancia. ¿Es Guadalajara cosmopolita?
¿Le interesa al tapatío que la raza cósmica suceda en sus tierras? La historia
es irónica para los que afirma que el SER tapatío es baluarte identitario. Las
tierras conquistadas son rebautizadas por modelos mentales que tienen base en
otras geografías locales. El sueño viaja en el migrante como en el
conquistador.
México guarda historia culta de pasado glorioso, pero también
guarda culpa de presente vergonzosos. De las Chinampas a Teuchitlán, del
provecho a la tierra al terror en la tierra.
¿Han analizado su himno en relación a su día tras día? No hablo
de la diplomacia formal de cantar el himno por patriotismo, eso es mecánica social,
mera inercia del buen mexicano, eso no sirve de nada cuando la historia obliga
pensar lo que sucede. Canta el himno pensado en Teuchitlán. Analiza estrofa por
estrofa, encarna en la piel del mexicano cautivo. ¿Se le ha fallado a la patria
o la patria nos ha fallado?
¡Un sepulcro para ellos de honor! Se vocaliza la oración que
cierra la cuarta estrofa del himno. Pero si el mexicano honra a su patria con
el sudor de su esfuerzo, y buscarse la vida conlleva al lamentable sucedo de
perder la libertad y hasta la vida, no culpo al que cante ¡Un sepulcro para
ellos de horror!
¿Qué sigue después del silencio?
El desnudo pensamiento, aquel que no tiene límites, aquel
que llega crudamente porque el silencio lo permite.
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