De la conjunción Geo (Tierra) +
agrafía (condición de ágrafo).
-¿Es la cartografía un apéndice
de la semiótica?
- Farrinelli: No, la semiótica es
una región de la geografía; la geografía es la matriz arquetípica de todo el
saber occidental, incluso de la misma filosofía; el lenguaje no es la casa del
ser, como decía Heidegger, sino que lo es el mapa.
La geoagrafía es la subversión de
la geografía que parte principalmente de reconocer su límite guardado en su
condena etimológica. Demanda la discriminación fundante que exige tener un espíritu
alfabeta para hacer geografía.
La geoagrafía como anti-proyecto
de la geografía (Derrida el filósofo de los anti-proyectos), es la práctica
espacial de los anti-civilizados sin voz para defenderla y sin manos para
representarla. Son los neófitos con existencia terrenal, neófitos apuntalados
por la incomprensión de otros neófitos con poderes fácticos. La geografía
presentada como la capacidad descriptiva de la tierra es a la vez una
imposición de lenguaje reglado.
La geoagrafía no se puede
enseñar, no es una disciplina. Es la tierra sin cartografía que es una grafía
en orden, es la prehistoria de la geografía. Otra vez; es la práctica
geográfica de los negados de humanidad por carecer de inteligencia.
El mapa como institución implica
la regla de la grafía para ser cartografía, la geoagrafía no cree en los mapas
cartográficos, porque justamente el mapa es el límite de la geografía dado el
poder que carga el alfabeta para definir la existencia de los otros en los
mapas. El geoágrafo no hace cartografía, más bien huye de su dominio, no quiere
jugar a Dios con los demás dándoles existencia en los mapas, así como no quiere
que lo limiten en uno.
Podría confundirse el cometido
del geoágrafo con los etnólogos, al escribir la historia de los pueblos que no
tienen historia. Pero el geoágrafo no valoriza políticamente ni intenta pagar
deudas, porque el geoágrafo se dirige a abrazar el papel principal del espacio:
mantener la existencia de la diversidad, una diversidad donde neófitos y
alfabetas coexisten fuera del mapa cartográfico que es negación de lo neófito.
El geoágrafo deconstruye los
mapas para llegar al espacio banal (Milton Santos), aquel donde neófitos y
letrados son inescindibles por coexistir en el espacio. La agrafía es el
contrasentido de la grafía, pero ambas son terrenales, ambas “son” en geo
(tierra).
El espacio paralizado en los
mapas es una manifestación del poder del letrado sobre el neófito. No basta con
poner de cabeza los elementos subvirtiendo el Norte con el Sur, se trata más
bien de demostrar que el Norte es inescindible (individible) al Sur, para ello
no hay que recartografiar el mundo, solo hay que ser geoágrafo.
El geoágrafo apela a descubrir la
ignorancia que soporta al mapa por ser un producto limitado, y esto lo hace por
no dejarse dominar por el mapa, porque es negado de grafía. A pesar de ello no
se desencanta de los mapas, los valoran como los padecen al encontrar que las
pretensiones de la grafía son inútiles pero artísticas, fundan ignorancia al
paralizar el cambio con trazos armonizados por la lógica. Al esfuerzo en vano
de la grafía por llegar al espacio parcializándolo en mapas, el geoágrafo lo interpreta
como un arte, es el amor de una aventura al vacío, es al fin y al cabo una
pasión. El mapa se vuelve una hazaña artística (un logro libre) para dejar de
ser científico (un logro regular o regulado).
Se le puede achacar al geoágrafo
el nivel de cultura mínima para desplegar la deconstrucción. A su defensa él
ratificará el uso culto de la grafía para descubrir la ignorancia en el ropaje
del poder. Rechaza el sustancialismo vendido como verídico en los mapas, al
cambio de reconocer el papel en blanco previo a ser mapa donde el poder de la
grafía aún no se ha ejecutado: dos mapas contradictorios de un mismo lugar
comparten la misma partida; la hoja en blanco y la topología del papel, y el
mismo proceso: el poder del cartógrafo o geógrafo desenvuelto.
El geoágrafo se dedica a
descubrir el mundo no por la verdad que los mapas pretenden vender, sino por la
mentira que procuran evitar y que termina siendo su fundamento.
Ser geoágrafo no es ser
terraplanista porque ya involucra el uso de la grafía. Fundamentar la forma de
la tierra en una específica figura geométrica sea el circulo o el plano, es
ignorar la plasticidad de la materia (su topología); la tierra es amorfa porque
guarda todas las formas posibles, es un amorfismo por generosidad. Considerando
el amorfismo de la tierra, el geoágrafo se asegura de no privilegiar alguna figura
para no fundarse en parcialidades. Según Franco Farinelli (el geógrafo de Boloña)
el plano nunca igualara al globo; sabiendo algo de semiótica se esclarece su
máxima metafórica <<del mapa al laberinto>>.
Por último el geoágrafo se rinde ante su objeto de estudio y en respeto a él no lo violenta con un mapa. Cuando la planeación del territorio restringe la vida fluctuante con grafías, la geoagrafía se asoma para liberarla.
En otras palabras, cuando un
territorio es graficado invoca el respaldo universal de la geometría, si este territorio
negase la reproducción de la existencia diversa (el humedal negado como tal
para ser mina planeado en un mapa), la utilidad de la geoagrafía será
extremadamente vital; no para luchar por el poder sobre el control de la tierra
con la grafía de por medio, porque no podrá, esa es tarea de la geopolítica,
sino para garantizar la plena existencia de la diversidad, del letrado y el
ágrafo en el espacio al margen de los mapas.
“El geoágrafo se
declara ignorante ante la opresión de los mapas, siendo su ignorancia su
libertad”
Agradecimientos:
Fluctuó entre el agradecimiento y
la culpa con Le José por acercarme a Derrida, el anti-filosofo que sorprende y
desquicia. Porque es normal estar en tensión entre filias y fobias.
Sobre la deconstrucción aplicada recomiendo prestar atención al proyecto “higley.blogspot”, Aventurarse a la deconstrucción es un cometido anti-arquitectónico, no construye, pretende darle sentido a las cosas en medida que se las desarmar. El riesgo es no dejar de desarmar, dejarse llevar por la hipercrítica que solo lleva al nihilismo.
En un mensaje de WhatsApp, 8 de
agosto de 2021:
La deconstrucción es el análisis que desarma un concepto para mostrar su impureza (falta de esencia), por soportarse en contradicciones y ambigüedades. No hay concepto prístino o autónomo, lo que hay son soportes entre los conceptos (construcciones). El blanco y el negro comparten la cualidad de ser extremos por ausencia del otro; así la pureza del color negro depende de la pureza del color blanco. Cuando un geógrafo llega a dominar la deconstrucción… podrá deconstruir la geografía que presuponen las cosas.
Sub-productos (debajo de 👆):
1) El verbo dimensionado
2) Sintaxis paisajística
La evidencia que la sintaxis paisajística existe¡¡ Las letras pueden acomodarse de tal modo que no necesariamente tienen que seguir un orden lineal de derecha a izquierda ( ese es el orden del habla). Se reparten y convocan las letras (signos lingüísticos) no por su fonética sino por su forma. La regla ortográfica pierde sentido cuando el orden no proviene del habla sino de la vista. Giro pictórico y el giro espacial en la comunicación: la geografía de las letras y los signos ortográficos, es el estudio de su orden en un determinado plano (el papel), configuración replicante del paisaje (lingüística/semiótica geográfica).
3) Un Gestalt geográfico 🌬️ ☁️ 🇲🇽
Ciudad MASA - Planeación Territorial y Diseño Urbano
La semiótica al igual que la filosofía, antropología,
sociología, historia y prontamente la geografía (si se le hace caso a Edward
Soja), tiene que considerarse una disciplina que estudia la formación del
proyecto científico. Sin el factor filosófico la ciencia carecería de
fundamentos, es por el hombre que la ciencia es cultura, la socialización de la
ciencia marca su alcance, el devenir de la ciencia se revela con la historia,
la pluralidad de la ciencia es su geografía, con la semiótica será explícito
reflexionar sobre la operación de signar para que la ciencia se reproduzca.
1 Comentarios
Excelente artículo Froy. Te felicito y me has motivado para leer más de Farinelli, aclara lo que he insistido: en palabras mías que chocan a más de uno "El mapa NO es el llamado lenguaje del geografo" por lo que he sido descalificado. Insisto en que "El lenguaje del geografo es la información Geográfica" desmitificando al mapa como síntesis puesto que nos dejaría atados a un solo tipo de lenguaje, dejando de lado la enormes cantidades y estilos como el corporal, el sonoro, etc.
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