Ensayando una concepción del espacio-tiempo (ensayo generativo) 🌎🕒



Así empezo todo¡¡

Cómo estudiar lo que no para?...  como el espaciotiempo

Pensar lo elemental de las cosas suele ser asociado con un ponerse al día o sincronizarse con el sistema de pensamiento de cierto genio creativo. Sin duda las hazañas de otros son claras inspiraciones para las propias, pero la solvencia de los soportes intelectuales, llámense paradigmas o conceptos, no hacen más que condicionarnos a la hora de tratar de pensar: uno cree ser radical, postmoderno, existencialista, o vaya a saber a qué tipo de amparo coordinarse, la seguridad del respaldo es lo primordial. Podemos estar equivocados en el modo como argumentamos pero las fuentes ahí están, indelebles al tiempo y universales al espacio.

Cuando se piensa justamente el espacio y el tiempo parece que el punto de partida es el mismo: ¿Qué se dijo? ¿Quién lo dijo? Y ¿Cómo lo dijo? Son las claves para promover la generación de ideas, en detrimento de ¿Qué digo? ¿Quién soy para decirlo? Y ¿Cómo lo digo? Al final se impone el ¿qué pensar? (el contenido obligatorio) sobre el ¿Cómo pensar? (la formación de la respuesta como un continuo proceso).

El primero es el mero insumo asociado a la memoria, por eso su obligatoriedad (no hay pensamiento dirigido a la nada pero si hay pensamiento de la nada que es ya un direccionamiento), dicha obligación de la memoria por encapsular una temática parece sustentar el conocimiento general convencional (en geografía se conoce como la memorización toponimica). El que se encuentra fuera del que pensado es un neófito carente de estudios, pues todos en alguna medida nos hemos coordinado en sociedad para pensar lo mismo obstinadamente, creyendo convenientemente e inocentemente que debieran ser las mismas respuestas. El cómo pensar más que un antagonismo es una ampliación creativa, no se vasta en la mera memorización de las cosas, sino llega al contraste de los argumentos poniéndonos en constantes aprietos en cuanto a elegir o superar una idea (son válidos los retrocesos en la medida que no se asimilen como derrotas). La exigencia del proceso implica autenticidad del pensamiento activo, es un paso de confianza sobre lo propio, donde el respaldo no es la conciencia de un paradigma, escuela o pensador, es el hecho de aceptar el desafío a pesar de las advertencias.   

Ensayar una concepción del espacio-tempo es asegurarse una partida para iniciar el contraste con otras concepciones que usualmente viene empaquetadas en los libros, porque no existe un inicio en blanco, pero si la falta de sistematizar las nociones que es muy diferente. En mi caso es un ejercicio tardío que pretendo remediarlo ahora. Dicha demora tiene una amplia ventaja que a falta de buena memoria se vuelve una desdicha; el repaso obligado o no de las diversas interpretaciones tienen efectos sobre mis declaraciones, por lo que la sistematización de mis nociones para poder conceptualizar se encuentran ya fertilizadas. Aun así espero que se aprecie del ensayo mis propias palabras a pesar de su mezquindad para con las inspiraciones. Se me es costoso enumerarlas por su variedad y diferente tipología, porque no son solo argumentos textuales especializados, son de largo espectro, desde obras de cine a experiencias domesticas (desde Einstein hasta mi gato).

Qué entiendo por tiempo? La configuración del cambio aguardado en las cosas mismas constituyendo un proceso característico.

Ejemplo: Una manzana aguarda su propio germen (semilla) que se aproxima a ejecutarse en medida que la manzana sufre cambios. El devenir de la manzana está regido por leyes biológicas, uno ve la manzana y sabe que se pudrirá a pesar de los atenuantes. Se puede pensar en los cambios característicos de las cosas según la diferente nivelación de su esencia, inorgánica, orgánica o social.

Qué entiendo por espacio?  La configuración del cambio entre las cosas.

Ejemplo: En el ajedrez la configuración entre las piezas responde a estrategias que tienen como finalidad la victoria, existen diferentes modos de jaque mate según la relación entre las piezas y el tablero, el número de piezas en juego varia como su ubicación en el tablero. La ubicación o posición de las cosas como su movimiento están sujetas a un orden, para alguno cósmico para otros accidental. Ver un oso polar en el Sahara (el paisaje como orden de cosas) no es una relación de cosas posible fácticamente, pero saber que los polos de la tierra tienden a convertirse en Sahara climatológicamente hablando, nos muestra indicios de cambios entre las cosas. Un ejemplo relacionado a la manzana sería la configuración del fruto y su contigüidad; una manzana pegada a una rama es una manzana en el huerto, una manzana colindando con otras manzanas es una manzana en el mercado. Los ejemplos se complejizan cuando tratamos con cosas de órdenes de esencias distinta; inorgánica, orgánica o social.

Qué entiendo por espacio-tiempo? La configuración del cambio aguardado en las cosas con relación a las otras cosas.

Ejemplo: Una manzana a la intemperie se madura lo suficiente para ser atractiva para el consumo, sigue su línea de cambios en el tiempo siendo potencia de atracción para otras cosas que tienen facultades espaciales (espacialidad) para movilizarse y encontrar manzanas para su dieta. A la inversa una manzana cautivada en una nevera a elevadas temperaturas atenúa su configuración de cambios en el tiempo, como evitar la maduración veloz. En otras palabras: ¡no hay procesos sin contextos¡

Pensar la espacio-temporalidad no es para nada una novedad, pero creo que comprenderla sí. Ya que el espacio-tiempo más allá de memorizar explicaciones implica pensar la realidad en movimiento, en ejecución, en términos filosóficos la totalidad totalizándose. Pensar el espacio-tiempo de forma escindida solo tiene sentido propedéuticamente. Es necesario pensar que todas las cosas son procesos a pesar de su aparente permanencia, ya que como no hay proceso sin contexto, la cosas interioriza los contactos para activar los cambios; una manzana inmune a los contactos es una manzana representada en un lienzo o como ornamento, aun así su diseño implica un orden espacio-temporal, un museo o la sala de una casa.

La historia como disciplina ha reconocido la dimensión espacio-temporal como categoría predilecta de análisis ponderando más el tiempo, el sentido de la geografía se reduce a auxiliar el entendimiento del dinamismo temporal, por la creencia que el espacio es pasivo ante el imponente tiempo. Sin embargo se piensa que la historia ha subestimado la contigüidad entre las cosas, ha privilegiado el cambio en las cosas minimizando los contactos, como si la cosa relatada poseyera una atracción selecta formulada en el pasado sobre el espectro de contactos posibles. El trayecto de las cosas, su espacio-temporalidad interiorizada, como el madurar de una manzana o el crecimiento de una persona, se encuentra en constantes contactos o encuentros que pueden ser iluminadores o patrones rutinarios (acontecimientos mecánicos predecibles por leyes en el caso de la manzana).

El despertar de la importancia del espacio recita que el contacto entre las cosas no solo sirve en la continuación o consumación de los procesos, posibilita una reorientación de los procesos o el surgimiento de nuevos procesos. Un ejemplo común que sustenta la trama de un sinfín de relatos novelesco y que tiene cabida en las vivencias es el romance. El contacto de dos procesos que al interactuar se influyen recíprocamente surgiendo una especie de metaproceso que combina los trayectos pero no los funde del todo. Hurgar en el pasado de alguien para darnos lugar, es reconocer la autonomía de un proceso que constituye al otro, desear que el otro nos desee es ingresar en la autonomía de un proceso del cual tenemos contacto. El devenir del ser humano en su nivelación suprema de síntesis individual como máxima autonómica, es un proceso abierto, ya que la existencia precede a la esencia, es decir no existe una determinación tal que funde al sujeto-proceso al margen de los contactos. La existencia es contacto de cosas que forman la esencia para las cosas, en este caso cosas humanas. El espacio nos junta, nos relaciona, nos separa, nos estimula, en definitiva nos forma, una formación que a lo mucho nos predetermina pero no nos concluye, ya que el espacio-tiempo es fluidez, es cambio. Yo apuesto a que es un cambio dialéctico y no mecánico, es decir un cambio direccionable y no rígido, la esperanza o la utopía no es nada ajena a nuestra existencia como procesos.

En una biografía, en nuestra biografía tendría que ser contada no solo la centralidad de nuestra existencia, sino la existencia de las cosas con las cual tuvimos contacto y nos formamos, o la configuración de estas que pasan a llamarse paisaje, entorno, territorio, lugar o región si queremos equilibrar al espacio con el tiempo como una categoría poderosa. En el ejercicio de explicarnos relevando el espacio es posibles que perdamos centralidad, porque mi vecino importa como cosa contigua a mí y el encadena otras contigüidades, nos abrimos a un mundo de diversidad para explicarnos a nosotros mismos, y terminaremos diciendo como el pueblo chiapaneco que deseamos un mundo donde quepan otros mundos, pero ya no solo para explicarnos sino para garantizarnos.

Finalmente brindo homenaje a los estímulos o inspiraciones que me hacen pensar el tiempo-espacio, pero es imposible nombrarlos todos ni clasificándolos para mencionar géneros, porque todo es una ventana para pensarlo y ese es el secreto; juntar los domestico con la teoría, las metáforas con la ciencia, la casa con la universidad, el romance con la lectura, el viaje con el descanso y saber que el tiempo-espacio es transversal a las conjunciones, es acercarse a su poder explicativo. Nombro aquellas experiencias o contactos significativos (apelando a la memoria inmediata) en mi proceso de pensar el espacio-tiempo.



Mi condición de inmigrante ha roto con la estabilidad de mi credo espacio-temporal fundado en Arequipa (Perú) como mi lugar en el mundo y a la vez como mi único mundo, porque no se piensa el espacio-tiempo en abstracto fuera de un lugar. Mis trayectos son a su vez una avanzada en la conceptualización del espacio-tiempo.

Mi condición de estudiante asido y es la clave para atreverme a ensayar y caer en modestia intelectual cada que una idea pretende anquilosarme. El academicismo como la consagración del experto, puede subvertir la magnitud del saber geográfico en memorismo e intolerancia. El relativo estudiante que abraza múltiples ideas es el mismo que se plantea la hazaña de pensar el espacio-tiempo como un esfuerzo extracurricular.

La experiencia rutinaria y domestica de convivir con mis gatos en el momento preciso que termino de leer qué es el espacio y busco una respuesta inmediata en el entorno, experiencia que me demostró que no es necesario esperar una respuesta discursiva de pares por la potencia misma del concepto.

Milton Santos el referente identitario de una geografía Latinoamérica importante para un inmigrante como yo. Pensar la naturaleza del espacio al compás de su prosa es adquirir la licencia para entrar a la filosofía sin transgredirla y hacer de la geografía una ciencia digna de la actualidad.

Soja promueve el giro espacial al punto que la actualización o renovación de las ciencias sociales dependen de ello. Rompe con la condición gremial y hermética de la geografía aceptando que ésta no agota la potencia del espacio, y que otros intelectuales han sido más perspicaces para encontrarla. Equilibra la geografía con la historia en el concepto de geohistoria permitiéndole avanzar en los análisis del mundo con nuevo aliento.   

Massey afirma que la geografía importa, porque el olvido intencionado o no del espacio es un riesgo que todos corremos dado que el espacio garantiza la existencia de la diversidad. Los vacíos y las ausencias en la teoría social es causa de la subestimación del espacio, reflotar lo espacial no es solo una tarea de eruditos es condición del reconocimiento, donde el poder está en juego.                                    

Harvey extiende creativamente el materialismo histórico hasta el materialismo histórico-geográfico, el vigor del capitalismo no solo es victoria en el tiempo sino movilidad en el espacio. Su teorización no está diseñada para la contemplación del mundo, es para ejecutarnos como acción o como práctica subversiva, porque el tiempo-espacio no solo se piensa, se impugna para cambiarlo. Si no nos atrevemos hacerlo, no podemos esperar que el proceso que nos envuelve como sociedad nos reconozca también como un proceso que cambia, muta o se proyecta hacia un mundo anhelado y a la vez compartido.

Marx en el fetichismo de la mercancía expone la importancia de los procesos que la soportan y constituyen, que no solo es tiempo de trabajo en su producción es espacio de relaciones.   

Por último, llegar a conocer el rizoma que Gilles Deleuze y Félix Guattari han cambiado mi vida.

            

Si nuestros puntos de partida no son ensayos sistematizados que avanzan bajo pruebas de contraste, nuestros puntos de llegada no nos garantizan nada más que una forzada parálisis. Ensayar para librarse del dogma, de eso se trata esto.





Publicar un comentario

0 Comentarios