Miedo a enamorarse o amar
primera entrega
PRIMERA TEMPORADA LUNA
Hay
dos formas de ver el alma de las personas. A través de la conexión de las
miradas y con el verso puro; las dos
formas las viví contigo.
La
sociología del amor: entre las vivencias y libros
Vivo entre letras
y libros, he empuñado un lápiz cada vez que me pasa algo esperando que la vida
me dicte un cuento. Te encontré a ti, y sin poder advertirlo, eres la clave de
inspiración para hacer de mi prosa un sublime discurso. La fórmula no la cree,
llegó sorpresivamente:
Fueron comentarios
de mujeres los que empezaron a emparejarnos, pregunte el porque y la respuesta
fue no sé, es una intuición. A veces los otros captan mejor nuestro destino que
nosotros mismos.
Ante el misterio
implantado en mi cabeza, quise corroborar si la intuición podría ser cierta.
Toque tus manos pues quise hablar con el cuerpo y ahorrarme palabras, el
lenguaje corporal parecía decirme que algo podría comenzar, lo tome como una
casualidad y trate de pasarlo por alto.
Luego una misma
escena se repetía, pero ahora el agua acompañaba el contacto, la memoria es
sensorial y la casualidad parecía ya no serlo.
Por razones de edad
descartaba lamentablemente cualquier pretensión romántica. El día designado
para estrechar la amistad con Ale era la festividad del grito, se planeaba que
el baile provocase intereses mayores. Pero días antes mencionaste las palabras
clave para activar mi inconsciente; de tu voz se entonó cuento, literatura. Por
varios segundos mientras te observaba creí que la intuición femenina que te
puso como protagonista de mi interés era totalmente cierta, pero la intuición
se distingue de la razón, y la razón me indicaba que la edad es el factor
infranqueable.
Con el dilema en la
cabeza y lo inconsciente a flote, me dirigí hacia ti con el fin de
esclarecértelo solo para desahogarme de la encrucijada, pero tu respuesta
termino de desatar el inconsciente; sobraron las palabras, la mirada se apagó
para que pudieren hablar los labios. Sin poder advertirlo la sorpresa me
atrapo.
La
sorpresa que atrapa
Los besos no se
planean, surgen del deseo inconsciente,
su llegada sorpresiva
inquieta el cuerpo y la mente.
Pueden existir besos
banales
pero para ellos no
hay prosa dedica ni memoria clara
en cambio, existen
besos tan cautivadores
que difícilmente se
destierran del cuerpo,
se impregnan tanto en
la mente como recuerdo y deseo a la vez.
El peligro del beso
sorpresivo es caer en su cautiverio
en su dominio,
en su imperio y
laberinto
porque cómo razonar
una salida?
si por sorpresivos no
se advierten
…
Hay besos que llegan
y no parten.
Luego por la noche
durante el conticinio conocí a ARABIS, y ahora no se ha cual besé…
Continuara…
Preámbulo
Cómo comenzó todo esto, es difícil
indicar un comienzo claro, el recuerdo más remoto me remonta al uso de las
palabras para causar placer o estimular la vida. Se me es imposible determinar
un fragmento de mi vida en especifico para declararme escritor o poeta, pero
eso importa poco pues no es vanidad lo que se persigue. Mi conciencia nació con
el arrullo de la literatura que espera en vientre la llegada del hijo; sería
indescriptible la vida sin la literatura en canción, poema o carta.
Lo que sí puedo hacer es
clarificar tres momentos que expliquen lo que se lee. El primero es el momento
sudamericano, del nacimiento hasta la partida. En Arequipa existen dos emblemas
de las letras muy conocidos; Melgar el poeta de los yaraví , demostró que la
literatura se nutre de los cruces culturales, lo inca y lo español se fusionan en
verso, el tema predominante de su poesía es su amor por Silvia, cuyo sentir no tuvo
un final feliz pero eso sí, muchas letras, en la famosa “Carta a Silvia”
expresa en 522 versos como conoció el amor y el dolor desde la aparición de su
amada hasta su perdida. Luego del desamor lucho por la independencia del Perú,
letras y heroísmo hacen de Melgar un sujeto inolvidable.
El otro referente de las letras
del sur del Perú es el conocido escritor Mario Vargas Llosa
ganador del Novel de Literatura en el año 2010. Entre sus obras, una que causó
furor entre los lectores fue su quinta novela La tía
Julia y el escribidor, donde relata a genero autobiográfico una doble lucha,
la de ser escritor y la aceptación de su familia por el amor entre él y su tía política,
una mujer divorciada con 14 años de diferencia. La novela escrita y publicada en
1977 se convirtió en telenovela
colombo-peruana en 1981; 101 episodios de enfrentamiento familiar por amor estigmatizado.
El carácter y la personalidad de
Mario entorno a las mujeres es algo más que polémico. Nueve años de la relación
con su amada tía llegaron a su fin cuando en Paris el flechazo termino uniendo
al escritor con su prima Patricia.
La diferencia entre las amadas es
considerable; Silvia, Julia y Patricia gozan un diferente grado de popularidad.
¿Qué pensarán de la fama que alcanzan cuando un literato con talento las eleva
a musa?
En casa lo que más abundaba durante
mi infancia eran los poemas de mi padre y los cuentos de mi madre. Mi primer
poemario se escribió a los 6 años cuando aún no dominaba el uso léxico grafico así
que mi madre bajaba de la entonación de mi voz la letra en texto.
Pasaron los años y los gustos parecían
cambiar, pero en realidad se encubrían. En esa suma de tiempo la realidad
se volvió más cruel con la familia y parecía que la salvación de algún miembro
pasaba por salir de casa. La elegida era mi hermana mayor, su destino era México
con una tía paterna que ya radicaba más de 8 años entre el tequila y los tacos.
Como si Dios posicionara toda su
furia contra nosotros marchito el destino de mi hermana arrancándole la vida
por un momento; un paro respiratorio causo su coma, al volver en sí la totalidad
de sus funciones mentales no se restablecieron.
Soy el último hijo de la cadena de
dos hermanas. Por lapsos de meses me tocaba ser el único varón en casa, he
visto la complejidad de la mujer madre y su empeño por la subsistencia, de la
hermana radical que por falta de autoestima incurre en la anorexia y bulimia,
de la sensible psicología de la fémina que exige aprecio y cuidado al detalle. No
me puedo admirar de ello pues los deseos siempre fueron evitar la desdicha. Y
tampoco pude salir airoso pues no por ser varón se sufre menos, solo me fue posible
escaparme un poco más de los problemas usando la imaginación para cambiar la
realidad por mundos internos. Mi mente encontraba en los libros la escapatoria
perfecta.
Tras el fatídico episodio la
familia alicaída suspiraba el hecho de haber evitado la muerte, pequeña gran victoria
entre la desdicha. La oferta del destino mexicano cambio de protagonista, mi
nombre se mencionaba. Paso un tiempo desde la primera mención al viaje definitivo.
Mi madre y mi primo fueron las
dos últimas personas de la familia cercana que perdí su mirada cuando el ómnibus
rumbo a Lima iniciaba la partida. ¿Qué dejaba? Mis libros, amigos, mascotas (Calletana
mi perrita rescatada, cuyo vinculo era inquebrantable, murió en mi lejana ausencia)
y gatos que solventaban mi autoestima, eso dejas, pasiones como el futbol que
era estilo de vida, recuerdos y cultura que te hacen raza, varios amores de
practica de llanto y alegrías pasajeras, mundos de inocencia y experiencia cambiarían
de contexto.
Hasta aquí el primer momento del
nacimiento a la partida, 18 años de vida en Perú se pondrían a prueba en el
otro lado del hemisferio.
El segundo momento inicia por un
paso breve en la gran Ciudad de México, en un lapso de un viaje conocía las
capitales, en proporciones Lima es menor que la antigua Tenochtitlan, pero la
llegada definitiva era Guadalajara.
Inmediatamente a mi arribo al occidente
de México el estudio universitario se convirtió en mi obligación, psicología en
la UNIVA la opción tomada. ¿Cuánto puede durar un inmigrante novato? No paso
más que una semana y claudique, fuera de mi sociedad era el extraño en todos
los lugares.
La idea de la renuncia al futuro
mexicano fue aceptada por la familia con la condición de que aproveche los 6
meses que el permiso de turista posibilitaba. El proceso de adaptación me exigía
cada día interactuar más con los locales, pero mi carácter siempre fue retraerme
en mí para procesar lo que me rodeaba.
No sé si era común pero mi mente constantemente
pensaba el trascurrir normal del mexicano, pensar me paralizaba y es así como
la familia me empezó a conocer, como un sujeto poco expresivo. Pero mi mente
guardaba claves literarias que esperaban activarse. Por mi vida en el momento
anterior era susceptible al llanto femenino, mi padre me enseño poemas que reconfortaban
el alma que se aflige por la vida. Tras conocer las lagrimas de mi prima por
primera vez en una mañana tempestiva, por la tarde en la cena tenia que romper el
silencia que me caracterizaba, tenía que hacer algo para sumarme al apoyo, era
inevitable que la literatura se pose en mi voz:
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frio queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda y se
calle el viento,
Aun hay fuego en tu alma,
Aun hay vida en tus sueños,
Porque la vida es tuya y tuyo también
el deseo,
Porque lo has querido y porque te
quiero…
Durante los meses posteriores acompañé
a mi tía por varias ferias de artesanías, la venta de nosotros era de hilo peruano,
pude conocer por segunda ocasión la Ciudad de México, Morelia, Xalapa y Manzanillo.
Al llegar a Guadalajara se me encargó la administración por completo de la
tienda mientras ella salía fuera del país. Conocí por primera vez la soledad humana
en casa, por no ser de Zambo un perro schnauzer de tres patas que rescato mi
prima no tendría compañía.
El dialogo con Perú disminuía, no
existía WhatsApp en el celular y el Facebook solo estaba en la computadora.
¿Qué me rescato del vacío? La comunicación con mi padre no era convencional, de él
recibía toda la literatura que estaba a su alcance: los cuentos de mi madre y
el cuento que hice por concurso en la escuela, libros de filosofía y poesía,
Polizter y Vallejo hombre hechos libros acompañaban mis días.
En ocasiones salía a buscar el
desenvolvimiento que vivía en Perú, el recuerdo aún muy fresco me invadía en
potencia y no aceptaba aquietarme en casa sabiendo que en la calle la vida se
aventura. ¿Cómo despejarse de la familia? Extrañar a los tuyos es muy doloroso,
no es una renuncia fácil, vivir el proceso de ser inmigrante en soledad no es nada
sencillo. En mi breve paso por la UNIVA pude adquirir textos claves para
resolverme; El
niño feliz me enseñó a distinguir la formación de la autoestima en
comparación con el engreimiento, procesar lo que los padres hacen con los hijos
a distancia me sirvió para soltar la mano y hacer del sentimiento versos que
revelan.
Entre el intercambio de libros
con mi padre, mande por encomienda el libro en cuestión, en las páginas finales,
versos que se escribieron con lágrimas de perdón y culpa, el hijo se convertía
en hombre independiente, el niño que se superaba entendía que la felicidad que
los padres no velan no puede ser motivo de ataduras.
El otro texto era un breve ensayo
sobre la puesta en cuestión de la existencia de la realidad, una apología científica
sobre el órgano más elástico del cuerpo; el cerebro. Pude conocer sobre los procesos
cognitivos y la filosofía de Immanuel Kant, su idealismo retorna con fuerza por
los nuevos descubrimientos de la mente humana. Se género en mí una fascinación
por el cerebro y la generación de su poder sobre todo lo que conocemos.
Recuerdo salir a la calle pensando
que lo que veo no es independiente a mí del todo, que solo puedo ver lo que estoy
capacitado a procesar por la mente. Me tomaba tan enserio lo que leía que no podía
distinguir entre lo real y lo imaginado. Los mundos mentales de las personas son
producto de la información que adquieren, dioses y humanos, infiernos y cielos,
almas y cuerpos, ciencia y literatura, necesitan que la mente funcione.
Una de las cosas que más me
impactaba de lo veía en las calles era la belleza del rostro de las tapatías, no
creía que esos bellos rostros sean producto de mi imaginación, lo que si podía imaginar
es el futuro con ellas, podrán ser bellas como base de cuerpos concretos por estética
genética pero su valor radica en la posibilidad de alcanzarlas. Lo que más me
apenaba de dejar México cuando termine los 6 meses de turista era no poder compartir
vida con una belleza tapatía, pero mi imaginación por muy poderosa que la sentía
no podía revelar el destino próximo que me esperaba.
Un viaje a Puerto Vallarta entre
la familia y amigos se realizó, yo aun me mantenía en la postura retraída, y
entre los viajantes estaba ella, solo podía admirar su belleza sin atreverme a
hablarle, no sabría que decirle, conocía muy poco sobre su cultura y gustos.
Los otros miembros del viaje se encargarían
de iniciar la relación.
-Mira Froy ella lee mucho-dijo mi
tía mientras acercaba su libro hacia mí para que lo tomase.
Era un libro voluminoso, una
novela inglesa de mas de 500 páginas. No me atreví a decirle nada y devolví el
libro inmediatamente mientras su mirada analizaba mi acción que me causaba sonrojo.
Ya en la playa y con la total luz
del sol radiante sobre los cuerpos su belleza me impactaba más, tarde o
temprano la timidez tendría que resquebrajarse. Yo tenia 19 años y era de un
cuerpo mucho más pequeño al de ella que contaba con 15 años.
En la piscina por fin me atreví a
intercambiar palabras, de ese momento en adelante nos buscábamos todo el tiempo,
pero claro su padre más que su madre mantenía el ojo vigilante sobre nosotros. No
podríamos estar solos, eso causaría la mayor sospecha posible. Buscábamos una
tarde de playa inspiradora y solitaria, deseábamos que el paisaje sellara nuestro
encuentro.
Sabíamos claramente que los días
en el mar estaban contados, la presión de las ganas de encontrar soledad entre
nosotros aumentaba. Yo era el foráneo tímido y retraído ella la incitadora del
suceso romántico. En la cena las dos familias compartían la mesa, luego de
comer las bebidas de alcohol amenizaban la noche. Ambos mirábamos con anhelo la
salida del salón lujoso para perdernos en la noche de playa, pero el papá aun
muy sobrio le advirtió no moverse enérgicamente. Ya estábamos a pocos días de
regresar a la ciudad y la oportunidad se perdía.
Por la noche mi mente elucubraba
el qué será mañana. Me encontraba quizás en el lugar más lujoso de mi
existencia; el hotel RIU
VALLARTA, estaba ante quizás la mujer más bella que he conocido, ¿qué tendría
que hacer yo para que suceda lo que demanda el sueño? Cerré los ojos al compas
de un respiro profundo y deje que se ahogue el pensamiento en la serenidad de
la noche.
Ultimo día y las horas contadas, última
oportunidad de escaparnos a la playa y encontrar la soledad entre nosotros.
-quieres caminar- dijo ella mirándome
a los ojos.
-claro- respondí sin titubeo.
Fue muy raro en medida que avanzábamos.
Primero la plática se centró en el repaso de habernos conocido, luego en
describir lo que la playa nos presentaba, para finalmente llegar al silencio
parcial de las voces atenuadas y dar paso al concierto de las olas rompiendo en
la playa. ¿Quién diría primero aquí es, tomemos asiento? Sino se tomaba una decisión
pronto el silencia sería demasiado incomodo. Mi corazón palpitaba velozmente, no
pude contenerme más y fui yo el que decidió contemplar la playa descansando el
cuerpo sobre la arena.
Ya sentados la conversación se restableció,
sabíamos que el siguiente momento en silencio sería porque las bocas estarían
ocupadas.
-¿tienes alguna idea de cuan
lejos estamos del hotel?- pregunte.
-he perdido la noción del espacio
por el paisaje- respondió suspirando y manteniendo la mira en el horizonte.
Si lograba conectar con su mirada,
podría llegar la conexión de los labios, pero el mar dominaba su atención.
-¿puedo ver el mar?- pregunte
ingenuamente
-¿qué dices, si lo tienes en frente,
que te impide verlo?
-lo quiero ver de otra manera
-¿cómo?
-en un reflejo
-¿tienes un espejo acaso?
-no pero puede usar tus ojos
-eso es imposible, mis ojos estarían
viendo los tuyos y tú no eres mar
-mientras yo veo tus ojos tú
trata de ver el mar, quizás por triangulación lo pueda ver
-¿por triangulación?
-Sí, tu vez el mar, yo veo tus
ojos y veré lo que tu vez
Nos preparamos, nos colocamos cerca,
alineamos las miradas.
-lista- dije
-si- respondió
Pasaron varios segundos y algunos
parpadeos y en realidad no podía ver el mar en sus ojos porque miraba sus labios.
-ya lo vez- dijo
-no aun no- mientras me movía
buscando supuestamente el ángulo correcto-si ya lo veo no te muevas- emocionado
sujete su muñeca para evitar que se moviera- se ve muy bonito y de seguro en
este ángulo también puedas verlo tú
-de verdad- sonrió
-si, a la cuenta de tres volteas…
uno, dos y tres
Cuando voltio no encontró el mar
sino su iris en mi iris, su pupila en mi pupila su alma y la mía se besaban
primero. El silencia llego y colapsaron los labios en un beso. ¿Cuánto duro? El
tiempo no cuenta.
Las hormonas recorrieron todo mi ser,
el éxtasis del amor despertó toda la posible pasión de mi cuerpo. Termino el
beso y su mirada evaluaba la reacción de mi cuerpo ¿Cómo poder ocultarlo si era
tan evidente? Me sonroje. Ella no despegaba su mirada como preguntándose que podría
continuar.
-ya es tarde hay que regresar- me
pare velozmente y acelere el paso.
En silencio caminábamos, pero seguía
sin poder evitar que mi cuerpo saliera de la provocación del deseo. Para mi
mayor bochorno ella ya no miraba la playa sino la arena y sentía como mi mirada,
me seguía evaluando.
Afortunadamente algo atenuó el
mal momento.
-mira ese no es tu primo- un
sujeto corría hacia nosotros, tenia una especie de tabla de surf pequeña.
Cuando por fin nos encontramos lanzo
la noticia- tu papá te está buscando- preocupación en los rostros y un silencio
más preocupante aún adelantaba un desenlace nada favorable. Del éxtasis a la
angustia, del deseo a la culpa, y el reto de saber mentir para salvarnos del
castigo en unos minutos. Y antes de llegar a la playa del hotel la ultima
mirada entre nosotros parecía decir; ten suerte.
El papá pregunto enérgicamente ¿dónde
estabas? ella contesto en la playa buscando algunas conchas, lo dijo lo suficientemente
fuerte para que yo escuchara y supiera la estratagema. El padre la dirigió al
cuarto para iniciar la reprimenda en privado. El me observó por un momento y
por respeto a los amigos no me hizo nada. Mi primo me dijo- prepárate que en
unas horas cenamos todos juntos para que pidas disculpas- en que me metí fue mi
pensamiento final.
Ya en la cena los ánimos estaban fríos,
susto y pena me ponían inquieto. Ella no llegaba a la mesa ni el papá. ¿cómo
resolver el conflicto que me afligía? Hice algo desesperado, me dirigí al bar
que se encontraba en el sótano para que nadie me viera, me senté y pedí algo de
vodka, necesitaba un consenso urgente de cómo enfrentar esto. Se sentó a lado mío
un sujeto y en cuanto me propuse a pedirle el consejo pude percatarme que era homosexual,
pero a unas sillas del lado contrario un hombre de unos 45 años tomaba
tranquilo, parecía sabio, de él si pudiera esperar algo, respire profundo, tome
de un solo trago el vodka y algo temeroso le conté la historia, y el consejo fue:
-solo sé claro en que no hay ninguna
mala intensión en tus actos y el padre entenderá que respetas su autoridad como
a su hija, y no tiene nada que ver que seas de otro país que eso no te preocupe.
Después de agradecer esas palabras
me dirigí a la cena. Me senté y traté de integrarme a la conversación, pero no
era posible caer en gracias. Llego el papá con la hija. Una ligera tensión en
el ambiente. La cena concluía y la plática llego al tema que tenía que
enfrentar.
Ella me miraba tome valor y dije;
contamos 130 conchas y luego nos sentamos a ver el mar, no paso nada comprometedor,
perdón por no pedirle permiso.
Un silencio extraño y miradas
hacia mí, ella sonrió ligeramente, recode el beso y eso me estimulo a
aventurarme un poco más; levante mi copa y le dije mirándolo firmemente; salud por
conocerlo y déjeme decirle que tiene una muy hermosa hija. Inmediatamente
termine mi bebida. Ella sonrió más aun y el padre reacciono al salud
favorablemente.
Durante el viaje de retorno toda
oportunidad de contacto discreto entre los cuerpos se dio. Una mano que pasaba
por debajo de la maleta y llegaba a acariciar mi cabello era la recompensa de
la hazaña.
Ya en Guadalajara y por amistad
familiar puede frecuentarla los fines de semana. Llego el día que me dejaron
salir con ella, fuimos a una feria de libros que no recuerdo donde queda ¡así ya
recordé! era El Parean en Tlaquepaque. Por primera vez en mi vida probe el
tejuino, valientemente pedí el vaso grande, le di un sorbo confiadamente y mi
paladar entro en confusión, rechace seguir tomando mientras ellas no paraba de reír.
Por mi agrado por la geografía compre
un Atlas de los Estados de México y ella un par de novelas cortas. Para recordar
que los libros era un gusto que nos une y al ver un montón de portadas atractivas
decidimos comprar un libro que leeríamos juntos. Una portada de un gato asomándose
llamó nuestra atención, el libro era amor en minúsculas
.
Es martes 6 de agosto del 2024
por la madrugada y tengo que parar el relato, por mí seguirle hasta que los dedos
se rindan, pero tengo que detenerme para terminar algunos pendientes como mi
titulación universitaria. Le dije a una entrañable amiga que la buscaría para platicarle
sobre el beneficio de la literatura luego de ser licenciado en geografía.
Continuara…
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