El laberinto del riesgo 🕸️🌐

 


Cuando se habla de geografía del riesgo inmediatamente las conexiones mentales nos arrojan una secuencia de relaciones que sustentan el sentido común de lo pensado; protección civil, bomberos, la autoridad designando la ayuda, el noticiero proyectando el desastre y la reflexión de porque no se puedo hacer nada antes.

Los especialistas del siglo XX nos recuerdan que sin conocimiento el lamento no puede ser evitado, pero su oferta no deja de ser un límite más de su paradigma. Conozco especialista en la materia que no pierden ni una pisca de sentido su aporte de las causales, pero solo se quedan en eso, en dar vueltas y vueltas a las causas.

Año tras año la ciudad de Guadalajara vive el dilema temeroso de seguir la normalidad de la rutina citadina ante las lluvias que son sinónimo ya de torrencial caudal que arrasa sin piedad todo a su paso. ¿Qué se pierde? Se pierde la dicha de pensar que la tierra mojada es el olor agradable de Jalisco, que los acuíferos se rellenan, que Chapala revive o que el rocío refresca.

Pareciera que el olvido es temporal como las lluvias de verano, porque lo que dicen estos especialistas que no deja de tener sentido, es la misma narración de año tras año, pero que la prensa la divulga como revelación escandalosa, ¿qué más pueden decir, si él que no olvida se frustra de escuchar siempre lo mismo?; que el crecimiento urbano incrementa la superficie de infiltración, que la cuenca no se respeta, que la ley es idónea pero poco aplicable, que la ciudad es incapaz de solucionar los problemas que ella misma genera.

Sumemos acontecimientos que pareciesen no tener cabida, pero de eso se trata vivir en el mundo. Cuando los intelectuales pensaban, acudían a las ideas para argumentar sus lógicas desde la abstracción, es decir, hablaban sobre un tema aislándolo del contexto, por eso son especialista, no pueden generar los puentes entre lo aparentemente inconexo, su pensamiento se estructura de forma arbórea, vertical, jerárquica y opresora. Martin Heidegger se dio cuenta de esto, y lucho para derrocar “el pienso y luego existo” de Descartes que hasta ahora genera adeptos. No se puede pensar y luego existir, porque se piensa en y con el mundo (dasein), porque el ser esta ahí, porque estamos ahí, y ese ahí es el mundo, la cultura nos cobija. Pero a Heidegger no se le achico el mundo con la globalización.

Ahora, las páginas del periódico separan lo que pasa en el mundo, el papel periódico es uno de los más baratos por su debilidad y economía, se tiene que leer sabiendo esto, porque así las noticias rompen con la temporalidad del texto lineal, cuando el periódico se moja pareciera que todo se fusiona en una masa traslucida, la portada y las páginas del medio pierden demarcación y si el texto deja de ser legible, las imágenes se yuxtaponen para revelar que todo ocurre en un planeta, y nos encontramos ante la simultaneidad.

En la portada del periódico local, el titular es la desgracia de una ciudad donde nos han hecho creer que la naturaleza mata: “Guadalajara inundada”. En la sección internacional el desconocimiento de Nepal deja de ser vigencia para saber que una horda indignada de la generación Z quemó aquellos lugares donde la clase política se refugia ¿qué tiene que ver las inundaciones que ocurren en Guadalajara con la generación Z de un país al otro lado del mundo? Bueno empecemos la conexión…

 Nepal y la revolución pop

Fuente: Reddit


Los sociólogos deben de estar con la cabeza rota, eso le digo a Jaime Torres, pues en alguna ocasión lo escuche decir que lo pop no es más que distracción atenuante de la indignación. No puedo aceptar una expresión tan ingenua de algo que emociona tanto, claramente desconocer el legado de Keith Haring no es culpa personal, porque lo pop no es solo negocio capitalista.

La historia a privilegiado las narraciones épicas de los sujetos de carne y hueso; a la revolución francesa, mexicana o cubana, se le asocian hombres y mujeres que hasta el día de hoy se les guarda respeto, de Pancho Villa al Che Guevara y de ellos al incorruptible Robespierre, que se hagan iconos luego de sus hazañas es la historia de la semiótica política. Pero ya de ellos no proviene la fuerza del cambio, ya ni del propio Marx podemos esperar que lo reviva alguien para que guie la lucha.

-¿Revivirlo?

-Sí, revivirlo…  o mejor a un, redibujarlo.

Que el pirata de One Piece sea hoy la fuente del valor para salir a buscar los cambios, es la evidencia más clara que las narrativas revolucionarias proviene de la ficción moralizadora. Que los universales como justicia y libertad que movilizan las masas no solo recae en sujetos con carisma y bigotes es señal que justamente lo universal trasciende el plano real.

Que no sorprenda que la resonancia de lo ocurrido en Nepal llegue como onda a México o Perú, llegue a Guadalajara como noticia contada y sea motivo para que los estuantes de la Universidad de Guadalajara apuesten por pedir el cambio que los represente.

Estamos ante un cambio generacional que piensa el futuro luchando, deseando y proclamado. ¿Qué imaginación carga el nuevo sujeto del siglo XXI? Pues la imaginación que se produjo por consumir la novela, la caricatura, el comic, la película, la música, en fin, el alimento de la lucha ya no es solo el texto monótono sin imágenes o los signos por convención política aceptados.

La IA y el sueño de pensar el futuro

El hartazgo que hoy vive la sociedad global por la una clase política enquistada en el poder, por cláusulas que ellos mismo firman y defienden, no es más que la historia acumulándose en un nuevo retorno. Es el año del 68 y Tlatelolco nos recordará que el olvido es solo para los cobardes. El tik tok es el nuevo recurso y a los políticos solo les queda esperar que la historia no se repita porque ya no son tan barbaros.

El sacudón social de ese entonces, trajo consigo un respaldo intelectual que prometía estimular el futuro. Michael Foucault vivió este movimiento telúrico social en Túnez, y a su regreso a Francia asumió el papel de encabezar una reforma universitaria que pretendía ser la prolongación intelectual de las vidas arriesgadas de los estudiantes ante el poder represor del Estado.

Aunque muchos catalogan que el mayo del 68 fracaso, lo que se produjo en realidad es una posibilidad de cambios a diversas escalas, y entre ellas las visiones de los intelectuales más sensible. Para la geografía por ejemplo dos virajes serían proclamados, Richard Peet y David Harvey. La evolución de su pensar es el vivo ejemplo que el contexto reforma la mente abierta.

Pero el caso de Henri Lefebvre es uno de los más interesantes, su papel como teórico antes y después del 68 es la vigencia de la confianza al proyecto propio, a la idea adelanta que poco a poco espera que la realidad la alcance. Y bueno pues, ya entrando al primer cuarto del siglo XXI llegó el momento para que la propuesta de Lefebvre no tenga resistencia.

El tiempo de Lefebvre

La producción social del espacio

La vida es corta y las ideas son larga, este es el rezo del pensador que no llega a ver el futuro con el ojo sensible, pero sí tuvo la posibilidad de imaginar lo imposible. Si Henri Lefebvre estuviera vivo en pleno desenvolvimiento de la inteligencia artificial, abría exclamado sin reparo “la utopía es el arma más revolucionaria que existe”. Dicha frase no tendría competencia ni con el legado marxista, capitalista o teleológico, pues la utopía ya baja de la mente y se hace simulación.

Los arquitectos realizan renders, modelos digitales del hábitat que enamoran al usuario para desear llegue su materialización. En el mundial de Qatar los estadios como renders ya eran materia de gozo fascinante, y es que el juego no es solo entre selecciones de futbol, sino de toda una sociedad con la capacidad de transformar la materia para que los sueños llegasen a ser realidad.

Lefebvre no se apaciguo por los cantos de sirena del marxismo ortodoxo del Partido Comunista Francés (PCF). Al igual que Marx, argumenta que tanto el empirismo (que se basa en la inducción) como el racionalismo (que se apoya en la deducción) son insuficientes por sí mismo para captar la totalidad y la complejidad de la realidad social.

La vida social y cotidiana no es una mera suma de hechos, sino un proceso dinámico de reproducción y producción que la intuición por si sola no puede explicar. Por otro lado, el pensamiento puramente abstracto, es la petrificación de la realidad, el proceso deductivo se impone sobre lo pensado, cancelando el movimiento de la historia y la praxis social que aspira a trastornar lo que en apariencia es estable.

Ir más allá de la lógica formal es el cometido de Lefebvre, pero para ello se nutre del arte, el movimiento situacionista estimulo su base de pensar para producir una propuesta que tardaría en ser entendida, pues el sentido común se sostenía por es la dualidad deudora entre inducción y deducción. No se trata de una reconciliación entre estos dos sentidos de lógica, sino de una superación, un verdadero salto que nos coloca adelante del futuro. Para Lefebvre esta nueva lógica tiene un nombre claro, y es la “transducción”.

Su método se basa en ir de lo abstracto a lo concreto, no quedarse en los conceptos y la teoría, pues ese discurso solo tendría sentido si la sociedad practica los cambios. Pone el movimiento en el centro, el intelectual no puede ser el pasivo interprete, tiene que encontrarse en la contradicción para encontrar la posibilidad de lo nuevo.

Un ejemplo claro del método de la transducción lefevbriana es el análisis de la producción del espacio:

. Espacio concebido (le conçu): el espacio planifica y abstracto de los urbanistas y técnicos (lógica deductiva).

. Espacio percibido (le perçu): el espacio de las practicas cotidianas y las representaciones empíricas (lógica inductiva).

. Espacio vivido (le vécu): la síntesis dialéctica entre lo percibido y lo concebido, que revela la contradicción y posibilidades del espacio social.

Por mucho que parezca difícil asimilar lo anterior (la universidad claramente tiene una deuda con Henri), el pensador francés no pretende hacer de su aporte exclusividad para los intelectuales encumbrados por saber cosas extrañas para las masas. El análisis de la vida cotidiana, el derecho a la cuidad son temas no ajenos para esta nueva lógica.

El futuro de la ciudad

Conectar la filosofía urbana de Henri Lefebvre con la inteligencia artificial es sumergirnos en una de las discusiones más relevantes para el futuro de nuestras ciudades. Es un dialogo fascinante entre el pensamiento crítico del siglo XX y la herramienta más potente del siglo XXI.

El pensar postmoderno en la Universidad de Guadalajara es un dilema de generaciones, por un lado, los académicos formados en el núcleo de la modernidad avanzada defiendes sus postulados estructurados entorno a la tradición que bebieron de sus teóricos, la geografía en ese sentido sigue siendo decimonónicas para ellos. Que el error no nos ciegue, no se discute los aportes de Humboldt, Ritter, Ratzel o Reclus, su vigencia creativa es el estimulo que muchos necesitamos hoy, pero no es posible anunciar que la geografía acaba de realizarse con ellos.

Las nuevas generaciones cargar quizás el olvido de estos aportes, pero también en ellos se asienta un futuro que no solo se ilustra de los padres putativos de la geografía sino de los críticos que ya son los nuevos clásicos de la geografía contemporánea.

Los estudiantes de la UdeG ahora dictan que la diversidad es bandera de logro, y bueno la institución no se ha negado, ¿pero existe un genuino reclamo de toda una masa universitaria que no ve en la FEU la representación, entonces de que diversidad de voces hablan? Pues de la que solo permite el canto, pero no la opinión de guía, en fin, el solapamiento de paradigmas entre estudiantes, docentes y toda la estructura inflexible de la universidad es el gran reto a resolver.

Es necesario colocar el criterio creativo en el umbral de los paradigmas si se desea avanzar sin desconocer. Si los académicos apuestan por activar su vigencia en las redes que no alimentan de forma natural y que solo algunos por motivos de ambición más personal que un verdadero legado motiva su apuesta, la expresión outsider de donde tendrá que venir, claramente no del núcleo de la academia, no por incapacidad, sino por su nula necesidad de cambio refrescante.

Ante tal escenario de transición y la apuesta de la academia a su meritocracia disciplinada y enpadrinada, la lectura de autores que resultan ser incomodos se resuelve como la salida de la olla de presión de frustraciones, claro corriendo el riesgo de la descalificación que en toda resistencia se da. A Farinelli, Lefebvre, Harley, sumemos ahora a Edward Soja y su postmodernidad suigéneris.

Para Soja pensar la ciudad en clave postmoderna no es una jugada que solo busca irritar al tradicional, dado que las representaciones virtuales son insumos de atención central para teorizar la ciudad de cambios acelerados. La arquitectura y el urbanismo se han visto alimentados por softwares que pone la ciudad en la pantalla nutrida de datos provenientes de la realidad misma. Que Soja apueste porque los videojuegos son materia para teorizar la ciudad no lo hace tecnócrata, solo es una dosis de novedad que su crítica domina. Para la geografía el acceso a estas instancias de novedad puede estar guiadas por un concepto relevante; el ciberespacio.

Pensar Guadalajara por ejemplo sin bautizar su nueva instancia en el siglo XXI es no renovar su teorización. La propuesta es simplemente una nominación que perfile sus nuevas cualidades a la luz de sus encantos que no necesariamente se suscriben a su tradición reconocida. México se divide en el centro transversal que comparte la identidad capitalina y que el espíritu de lo precolombino sigue manifestando su impronta. Otra franja nominada la Nueva Galicia explica la colonización más global que muestra un sincretismo identitario, entonces Guadalajara cuyo nombre no es único se perfila como ciudad de conexiones con lo local, lo regional y lo global por fundación, su originalidad es el resultado de las relaciones que se mezclan es la “Ciudad Rizoma” por excelencia.       


     

1. La Transducción: Inventando el Futuro desde el Presente

Primero, olvidemos por un momento la inducción (ir de lo particular a lo general) y la deducción (de lo general a lo particular). Lefebvre propone un tercer modo de pensamiento: la transducción.

La transducción es una operación intelectual que consiste en construir un objeto posible o un futuro potencial a partir de la información, las problemáticas y las posibilidades latentes en la realidad presente.

No se trata de predecir el futuro como un astrólogo, ni de diseñarlo desde cero como un déspota. Es un proceso más sutil:

. Se observa la realidad actual (una ciudad, una sociedad) con todas sus contradicciones, deseos y tensiones.

. Se identifican las "semillas del futuro" que ya existen en el presente.

A partir de ahí, se construye mentalmente un modelo coherente de una realidad futura que resuelve esas tensiones y realiza esas potencialidades.

Es, en palabras de Lefebvre, la construcción de una "utopía experimental".

2. La Utopía Funcional: Una Herramienta para la Crítica

Esto nos lleva directamente a la utopía funcional. Para Lefebvre, la utopía no es un plano perfecto e inalcanzable de una ciudad ideal. Eso sería una utopía abstracta y peligrosa.

La utopía funcional tiene un propósito práctico: funciona como una hipótesis para la acción y una herramienta para criticar el presente.

Al imaginar una forma radicalmente diferente de vivir en la ciudad —una utopía basada en las posibilidades reales que vemos hoy—, de repente las deficiencias de nuestra realidad actual se vuelven insoportables y evidentes. La utopía funcional nos permite decir: "Si esto es posible, ¿por qué seguimos viviendo así?".

Por ejemplo, si imaginamos una Guadalajara donde el "derecho a la ciudad" (otro concepto clave de Lefebvre) es pleno, donde cada ciudadano participa en la creación de su entorno, esa visión nos sirve para criticar duramente la especulación inmobiliaria y la planificación urbana verticalista de hoy. ¿Qué acaso no existen ya estos canales con las consultas públicas de los planes parciales?

3. El Uso de la Inteligencia Artificial: ¿Un Motor Transductivo?

Aquí es donde todo se conecta. La inteligencia artificial, especialmente la IA generativa y predictiva, puede ser vista como el motor transductivo más poderoso jamás creado.

Piénsenlo:

Alimentamos a la IA con una cantidad masiva de información sobre la realidad presente: datos urbanísticos, sociales, económicos, patrones de movilidad, imágenes satelitales, textos, etc.

. La IA "aprende" las reglas, contradicciones y potencialidades latentes en esa maraña de datos.

. Le planteamos un problema o una hipótesis (un "prompt") y la IA construye un "objeto posible": un nuevo diseño urbano, un modelo de política pública, una simulación de flujos de tráfico, etc.

. Este proceso es una forma de transducción a escala masiva.

El Potencial Utópico de la IA:

Podríamos usar la IA como la herramienta definitiva para explorar utopías funcionales. Podríamos pedirle:

"Analiza todos los datos de Guadalajara. Ahora, genera 5 modelos urbanos experimentales que maximicen los espacios verdes de convivencia, reduzcan el tiempo de traslado a menos de 20 minutos para el 90% de la población y aumenten la interacción social en los barrios, basándote en las infraestructuras y recursos existentes."

La IA podría generar visualizaciones, planos y simulaciones que nos permitirían debatir estas posibilidades de una forma concreta. Sería una herramienta para potenciar la imaginación colectiva y dar forma a esa crítica al presente que buscaba Lefebvre.

El Riesgo Distópico: La Utopía del Control

Sin embargo, aquí reside una enorme contradicción. Lefebvre era un pensador humanista y marxista; su objetivo era la emancipación humana y el "espacio vivido" (le vécu), la experiencia real y caótica de la gente.

El riesgo es que la IA sea utilizada de forma tecnocrática para crear una utopía funcional que no sea la de los ciudadanos, sino la del control y el capital.

Sesgos Algorítmicos: La IA, entrenada con datos de una sociedad desigual, podría diseñar una ciudad "óptima" que refuerce esas desigualdades, creando guetos de eficiencia para los ricos y zonas de exclusión para los pobres.

La Tiranía de la Optimización: Una ciudad diseñada por IA podría ser perfectamente eficiente, pero estéril. Podría optimizar el flujo de tráfico y el consumo, pero eliminar la espontaneidad, el encuentro casual y el "desorden" que hacen que una ciudad esté viva.

Exclusión de la Participación: El proceso transductivo de Lefebvre era inherentemente social y político. Si dejamos que una "caja negra" algorítmica diseñe nuestro futuro, eliminamos el debate, la lucha y la participación ciudadana que conforman el verdadero "derecho a la ciudad".

En conclusión, la IA puede ser una herramienta transductiva sin precedentes para explorar las utopías funcionales que Lefebvre imaginó. Pero solo si se utiliza como un lápiz en manos de los ciudadanos, y no como el cerebro de un planificador supremo. La pregunta no es si la IA puede diseñar una ciudad mejor, sino quién decide qué significa "mejor" y para quién. El reto de no es de lógica, es de ética sin duda.

La critica cartográfica: una utilidad transductiva

Sigamos en la senda de la nueva lógica que nos legó Lefebvre y arribemos a los aportes más provocadores encontrados en el campo cartográfico.

Cuando todos creían que la posibilidad de la deconstrucción de la cartografía llegaba a sus límites en las manos de J. B. Harley en su celebre obra “La nueva naturaleza de los mapas”, Franco Farinelli demostró que puede existir una relación inversa entre el mapa y el territorio, para el geógrafo de Boloña “el territorio es una copia del mapa y no al revés”, la cartografía no representa el mundo, sino que lo inventa. El mapa permite a la modernidad modelar su aporte crucial, la construcción del Estado-Nación.  

Antes de entrar la densidad de los argumentos, es necesario revolver la duda que surge cuando nos preguntamos sobre ¿qué es eso sobre la deconstrucción?

Cuando el niño arma un castillo con las piezas lego simula en juego ser el arquitecto del mañana, se aplaude su hazaña y la estimulación cobra efectos. Pero qué si hace lo contrario, destroza todo para llegar a la unidad de todas las piezas disueltas, el niño rompe para entender, analiza al detalle que un castillo se reduce a cumulo de elementos que podrían tomar otra forma si desea.

La deconstrucción es eso, lo que creíamos que tenia una forma lograda es solo una posibilidad, y como posibilidad puede ser también la versión incompleta de lo que existe en base al sesgo del creador. Bueno los mapas son eso, construcciones sociales que sirven para contar historias impuestas, rotular con etiquetas a los pueblos, contornear las líneas para crear territorios fantasmas.

La contradicción se hace presente cuando entre las asignaturas de un plan de estudio colapsa un sentido univoco, por ejemplo; cursar la materia de geografía del riesgo que tiene como prerrogativa la predisposición de realizar mapas para servir a la sociedad que evita acontezca la tragedia, si el mapa advierte con su análisis y modelos las secuelas de las inundaciones nadie puede estar en contra. Pero si se llega a la obra de Harley cuyo aporte es la deconstrucción del mapa, cómo sería posible pensar la confianza de este dispositivo gráfico para defender su utilidad, si la critica cargada no dejaría mantener la credibilidad. Ante esta contradicción que no necesariamente es paralización o solo derrocamiento, surge la propuesta transductiva que Lefebvre auspicia, pero antes la critica tiene que ser bien entendida.

La nueva naturaleza de los mapas y el ocultamiento de la geografía


"La Nueva Naturaleza de los Mapas" es un libro no manual de cartografía tradicional, sino una colección de ensayos que cambiaron para siempre la forma en que entendemos los mapas. Harley nos invita a dejar de verlos como simples representaciones geográficas objetivas y a reconocerlos como lo que realmente son: construcciones sociales cargadas de poder e ideología.
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Para Harley, cada mapa es un texto cultural que nos dice tanto sobre el mundo que representa como sobre la sociedad y la mentalidad de quien lo creó.

Los Mapas como Instrumentos de Poder y Conocimiento

La idea central de Harley es que los mapas no son neutrales. Históricamente, han sido herramientas fundamentales para ejercer poder. Piensa en cómo se han utilizado en:

·        El imperialismo y la conquista: Los mapas sirvieron para reclamar territorios, planificar campañas militares y administrar colonias. Trazar una línea en un mapa era una forma de apropiarse de la tierra en papel, a menudo ignorando a las poblaciones que ya vivían allí.

·        La construcción del Estado-nación: Ayudaron a definir fronteras, a unificar territorios y a crear una identidad nacional.

·        La propiedad privada: Los mapas catastrales y de propiedad legitiman la posesión de la tierra, estableciendo quién tiene derecho sobre ella y quién no.

Harley argumenta que el mapa funciona bajo una máscara de ciencia y objetividad. Su lenguaje matemático (escalas, proyecciones, coordenadas) le otorga una apariencia de verdad incuestionable. Sin embargo, detrás de esa fachada, se esconden decisiones que reflejan los valores y las ambiciones de sus creadores.

La Deconstrucción del Mapa: Leer entre Líneas

Influenciado por pensadores como Michel Foucault y Jacques Derrida, Harley propone "deconstruir" los mapas. Esto significa analizarlos críticamente para revelar sus significados ocultos y las relaciones de poder que encierran. ¿Cómo hacerlo? Poniendo atención a:

Los Silencios y Secretos de los Mapas

Lo que un mapa no muestra es tan importante como lo que muestra. Harley llama a esto los "silencios cartográficos". Estos pueden ser:

Intencionales: Cuando se borra deliberadamente la presencia de pueblos indígenas, se ocultan recursos estratégicos o se censura información por motivos militares o políticos. Un ejemplo es la erradicación de nombres de lugares nativos para imponer una nueva geografía colonial.

No intencionales: Derivados de los prejuicios o la falta de conocimiento de la época, reflejando una visión del mundo eurocéntrica o androcéntrica.

La Jerarquía y Simbología Visual

La forma en que se presenta la información en un mapa crea un orden visual que no es neutral. Por ejemplo:

El tamaño y el estilo de la tipografía: Las capitales de las naciones poderosas suelen aparecer con letras más grandes y destacadas.

La ubicación en el mapa: La proyección de Mercator, por ejemplo, agranda las masas de tierra más cercanas a los polos, haciendo que Europa y América del Norte parezcan más grandes de lo que son en realidad, lo cual ha sido interpretado como un reflejo de su poder geopolítico.

La decoración y los símbolos: Los elementos decorativos, como los barcos, los monstruos marinos o las figuras alegóricas, no son meros adornos, sino que transmiten mensajes ideológicos sobre la riqueza, el peligro o la "civilización".

En resumen, J.B. Harley nos enseña a ser lectores críticos de mapas. Nos muestra que cada mapa es un discurso, una forma de conocimiento que disciplina, normaliza y estructura nuestra idea del mundo, casi siempre al servicio de intereses particulares. Su obra inauguró lo que hoy se conoce como cartografía crítica, un campo que sigue explorando la compleja relación entre los mapas, la sociedad y el poder.

Más allá de Harley: el asomo de Farinelli



Pasar de Harley a Franco Farinelli es dar un paso más profundo en la filosofía de la geografía. Si Harley nos enseñó a leer los mapas como textos de poder, Farinelli nos desafía con una idea aún más radical: el territorio es una copia del mapa, y no al revés.

La "Crítica a la Razón Cartográfica" del geógrafo italiano es una de las reflexiones más potentes sobre cómo la cartografía no solo representa el mundo, sino que lo inventa. Para él, el mapa no es una herramienta que usamos para orientarnos en la realidad, sino el modelo mental que ha dado forma a la realidad de la Modernidad. 🤯

La Gran Inversión: El Mapa Precede al Territorio

Esta es la tesis central y más provocadora de Farinelli. El sentido común nos dice que primero existe un territorio (una montaña, un río, una ciudad) y luego llega un cartógrafo para representarlo en un mapa. Farinelli invierte esta relación:

"La Modernidad se ha caracterizado por la inversión estructural del signo cartográfico: el territorio no es el dato original [...] sino, al contrario, es el mapa el que precede al territorio."

¿Qué significa esto? Que el mapa dejó de ser una imagen del mundo para convertirse en la lógica con la que construimos el mundo. El mapa funciona como un modelo a priori que impone sus propias características a la realidad.

Un ejemplo perfecto es la creación del Estado-nación moderno. Para Farinelli, el Estado no es una entidad natural, sino que "copia" las propiedades del mapa:

Continuidad: Exige un territorio sin enclaves ni interrupciones.

Homogeneidad: Busca una población con una cultura y lengua unificadas.

Isotropismo: Tiende a organizarse de manera uniforme en torno a una capital.

Estas características no existen en la compleja realidad social, son las propiedades de una superficie geométrica y abstracta como la de un mapa. Al gobernar, administrar y definir fronteras, el Estado moldea activamente el territorio para que se parezca a su mapa.

La "Razón Cartográfica": El Logos de la Modernidad

Farinelli llama "razón cartográfica" a esta lógica que reduce el mundo a un espacio medible, abstracto y bidimensional. Es el "sistema operativo" de la Modernidad.

Esta forma de pensar sustituye el lugar (un concepto cualitativo, vivido, lleno de experiencia y significado) por el espacio (un concepto cuantitativo, abstracto, geométrico y vacío). La razón cartográfica nos enseña a ver el mundo no como una red de lugares con historia, sino como un contenedor de puntos localizables por coordenadas.

Esta lógica no solo se aplica a la geografía, sino que impregna todo el conocimiento occidental: desde la planificación urbana y la estrategia militar hasta la economía y nuestra propia concepción de la mente.

¿Cuál es la Diferencia con J.B. Harley?

Aunque ambos son pilares de la cartografía crítica, su enfoque es distinto:

Harley realiza una crítica política e ideológica. Analiza el mapa como un "texto" que, a través de sus silencios y simbología, ejerce poder y refleja la ideología de sus creadores.

Farinelli realiza una crítica filosófica y ontológica. No le interesa tanto el contenido ideológico de un mapa específico, sino la lógica fundamental (la "razón cartográfica") que subyace a todos los mapas y que ha dado forma a nuestro ser en el mundo.

En resumen, Farinelli nos muestra que el mapa es mucho más que una imagen: es el modelo que ha configurado nuestra mente, ha producido nuestro territorio y ha definido la estructura de la sociedad moderna. Su crítica nos invita a ser conscientes de esta "prisión" conceptual para poder, quizás, empezar a pensar más allá de ella.

Para profundizar en estas ideas, el libro "Franco Farinelli. Del mapa al laberinto" es un recurso excelente que explica su pensamiento.

Prefigurando la alternativa

Según Franco Farinelli, la alternativa para superar la tiranía de la "razón cartográfica" no es otro tipo de mapa, sino un modelo conceptual completamente diferente: el laberinto.

Para Farinelli, si el mapa representa la Modernidad (con su orden, su visión totalitaria desde arriba y su reducción del mundo a un espacio geométrico), el laberinto representa el mundo contemporáneo (la red, lo virtual, la globalización) y la única forma de habitarlo auténticamente.

No se trata de un laberinto para perderse, sino para encontrarse con una comprensión más honesta del mundo.

Del Mapa al Laberinto: Un Cambio de Paradigma

El mapa y el laberinto son modelos opuestos para entender la realidad.


Vencer el Miedo al Laberinto

Para Farinelli, "salir del paradigma cartográfico es vencer el miedo al laberinto". Esto significa:

Abandonar la ilusión de control: Dejar de creer que podemos entender el mundo de un solo vistazo, como si fuera un mapa desplegado sobre una mesa.

Abrazar la incertidumbre: Aprender a navegar un mundo complejo y enredado (como las redes de internet o las megaciudades globales) sin la necesidad de un plano definitivo.

Confiar en la experiencia: Valorar el conocimiento que se adquiere al moverse, al interactuar y al vivir en los lugares, en lugar de privilegiar únicamente la representación abstracta.

En definitiva, la alternativa al mapa no es un objeto, sino una actitud epistemológica: cambiar la pretensión de poseer una imagen total del mundo por la sabiduría de recorrer sus infinitos y conectados caminos.

La alternativa y su aplicación al riesgo

Aplicar el modelo del laberinto de Farinelli a la geografía del riesgo implica un cambio radical: se pasa de mapear el riesgo como si fuera un objeto estático a navegarlo como una condición dinámica y compleja del sistema en el que vivimos.

En lugar de ver el riesgo como una zona roja en un mapa que se puede evitar, el modelo del laberinto nos obliga a entenderlo como una red de relaciones interconectadas donde un fallo en un punto puede desencadenar consecuencias impredecibles en otro.

El Enfoque Tradicional: El Mapa del Riesgo 🗺

La geografía del riesgo tradicional se basa en la "razón cartográfica" que critica Farinelli. Su principal herramienta es el mapa de riesgo (de inundaciones, sísmico, de contagios, etc.).

Lógica: Trata el riesgo como algo externo y localizable en el espacio abstracto. Se dibuja una línea y se dice: "aquí hay peligro, aquí no".

Objetivo: La predicción y el control. Se busca delimitar el peligro para gestionarlo, ya sea con normas de construcción, planes de evacuación o pólizas de seguros.

Limitación: Este enfoque crea una falsa sensación de seguridad y simplifica en exceso la realidad. Ignora que las amenazas no respetan las líneas dibujadas y, sobre todo, ignora las interconexiones sistémicas.

La Alternativa: El Laberinto del Riesgo 🌐

Adoptar una perspectiva laberíntica significa analizar el riesgo desde adentro, reconociendo su complejidad y las conexiones que lo producen.

1. Riesgos en Cascada y Sistemas Conectados

El laberinto es la metáfora perfecta para los riesgos en cascada. El riesgo no es el terremoto en sí, sino la secuencia de fallos que desencadena: el corte de electricidad que paraliza los hospitales, la caída de las telecomunicaciones que impide coordinar la ayuda, la rotura de una tubería de gas que provoca incendios.

Aplicación: En lugar de mapear solo la falla sísmica, se analiza la interdependencia entre la red eléctrica, la red de agua, la red de comunicaciones y los servicios de emergencia. El riesgo no está en un lugar, sino en la fragilidad de las conexiones de todo el sistema.

2. La Vulnerabilidad como "Lugar" Vivido

El mapa ve la vulnerabilidad como una coordenada (ej. vivir cerca de un río). El laberinto la entiende como el lugar vivido, una condición social y experiencial.

Aplicación: Una geografía del riesgo laberíntica no solo mira datos censales. Se pregunta: ¿Por qué la gente no evacúa? Quizás por desconfianza en las autoridades, por miedo a perder sus pertenencias o porque las alertas no llegan en su idioma. Se enfoca en la percepción del riesgo y el conocimiento local, que son invisibles en un mapa tradicional.

3. De la Predicción a la Navegación Resiliente

Si el control total es una ilusión (como lo es tener un mapa completo del laberinto), el objetivo cambia. No se trata solo de predecir el golpe, sino de ser capaces de navegar la crisis mientras ocurre.

Aplicación: El foco se desplaza hacia la resiliencia: la capacidad de un sistema para absorber el impacto, reorganizarse y seguir funcionando. Se promueve la redundancia en sistemas críticos (múltiples fuentes de energía), la flexibilidad en la toma de decisiones y la capacidad de improvisación de la comunidad. Es aprender a encontrar una salida del laberinto en plena oscuridad.

En resumen, aplicar el modelo del laberinto a la geografía del riesgo significa dejar de obsesionarse con dibujar el contorno del monstruo y empezar a entender la anatomía de la red en la que vivimos, fortaleciendo sus nodos y conexiones para que no se desmorone cuando el monstruo ataque.

Representar visualmente el modelo laberíntico del riesgo es un desafío fascinante porque exige ir más allá del mapa tradicional. El objetivo no es dibujar un laberinto literal, sino crear visualizaciones que capturen sus principios clave: la interconexión, el dinamismo y las múltiples perspectivas desde adentro.

Algunas de las posibilidades más innovadoras son:

1. Mapas de Redes y Grafos de Interdependencia 🌐



Esta es la representación más directa del laberinto como un sistema conectado. En lugar de centrarse en la geografía, se centra en las relaciones.

Qué muestran: Se visualizan los elementos clave de una ciudad o región (hospitales, centrales eléctricas, sistemas de agua, antenas de comunicación) como nodos. Las líneas que los unen representan su interdependencia. Una línea gruesa puede significar una dependencia crítica.

Aplicación al riesgo: Permite simular qué pasa si un nodo falla. Al hacer clic en una central eléctrica para "apagarla", el grafo puede mostrar en tiempo real todos los otros nodos (hospitales, semáforos, bombas de agua) que se apagan en una reacción en cascada. Es una autopsia del desastre antes de que ocurra.

Este modelo muestra una red compleja de nodos interconectados (ciudades, infraestructuras críticas como plantas de energía, hospitales) con líneas que representan sus relaciones de dependencia. Algunos nodos brillarán, indicando un posible fallo que se propaga a través de la red, mostrando cómo el riesgo no es puntual, sino sistémico.

2. Visualizaciones Geoespaciales Multicapa (GIS Interactivo) layered 🕸️



Esto es como tomar un mapa tradicional y darle una profundidad laberíntica. En lugar de una sola imagen plana, se trabaja con múltiples capas de información que se pueden superponer y explorar.

Qué muestran: Un mapa base de Tlaquepaque, por ejemplo, sobre el cual se pueden activar y desactivar capas transparentes: la red eléctrica, las tuberías de agua potable, las rutas de transporte público, la demografía de la vulnerabilidad social (ej. zonas con más adultos mayores), etc.

Aplicación al riesgo: Permite a un planificador ver cómo una inundación (capa de riesgo hídrico) no solo afecta viviendas, sino que también corta tres rutas clave de evacuación (capa de transporte) y deja sin energía a un hospital (capa eléctrica). La interacción de las capas revela la complejidad del riesgo en el espacio.

Aquí veremos una superposición de múltiples capas transparentes sobre un mapa base urbano. Cada capa representará un tipo diferente de información de riesgo o infraestructura (inundaciones, redes eléctricas, población vulnerable), permitiendo al observador ver cómo interactúan y crean situaciones de riesgo complejas.

3. Modelos Basados en Agentes y Simulaciones Dinámicas 🏃


Si las redes muestran la estructura del laberinto, las simulaciones muestran cómo es navegarlo en tiempo real. Son más parecidas a un videojuego o a una película que a un mapa estático.

Qué muestran: Un modelo virtual de una ciudad donde miles de "agentes" (representaciones de personas o vehículos) toman decisiones individuales durante una crisis. Por ejemplo, una simulación de evacuación ante un sismo.

Aplicación al riesgo: En lugar de solo mostrar una "ruta de evacuación" ideal, la simulación visualiza los cuellos de botella que se forman en tiempo real, cómo se propaga el pánico o cómo las noticias falsas (otro agente en el sistema) pueden llevar a la gente a tomar decisiones peligrosas. Captura el caos y los patrones emergentes de la crisis.

Esta visualización representará una simulación de evacuación en una ciudad. Pequeñas figuras (agentes) se mueven por las calles, encontrando obstáculos y creando patrones de tráfico y concentración, mostrando la dinámica y el caos potencial durante una crisis.

4. Cartografía Cualitativa y Narrativa 🗣


Este enfoque visualiza el "lugar" de Farinelli: la experiencia humana y vivida del riesgo, que es invisible en los datos duros.

Qué muestran: Mapas interactivos que no solo usan datos, sino también historias. Al hacer clic en un barrio, en lugar de ver una estadística, se puede abrir un video corto con el testimonio de un residente, una foto de una inundación pasada o un audio explicando cómo la comunidad se organiza.

Aplicación al riesgo: Crea un "mapa de la memoria" o un "mapa del miedo" que revela la percepción del riesgo a nivel de calle. Ayuda a entender por qué algunas comunidades son más resilientes que otras, basándose en la confianza y el tejido social, no solo en la infraestructura.

En resumen, la representación visual del laberinto del riesgo abandona la idea de un único mapa autoritario y la reemplaza por un portafolio o un "dashboard" de visualizaciones que, juntas, ofrecen una imagen más humilde, compleja y dinámica del mundo en que vivimos.

Finalmente, una representación visual que mezcla elementos de un mapa con burbujas de diálogo, fotos o íconos que evocan historias y testimonios de la comunidad. Los "lugares" no solo tienen coordenadas, sino también voces y experiencias.

Posdata: la geografía viuda del estado

El dilema mayor que enfrenta la geografía en la Universidad de Guadalajara se divide en dos campos, el interno que es la desvalorización por parte de la estructura universitaria ya sea por su burocracia o por falta de actividad del Departamento de Geografía; y el externo que es simplemente una desvalorización con suma de desacreditación. La Geografía en la UdeG se a formulada como subsidiaría a favor del Estado, la practica profesional del Ordenamiento Territorial es la evidencia, pero las instancias del Estado y el Estado mismo se ha mostrado desinteresado por ese vínculo, no digo que sea en su totalidad, ya que existen geógrafos egresados que han encontrado en el aparato de Estado su realización profesional, pero si es evidente que existe una parcial bifurcación.

Queda pensar, si la formación que toma sentido idóneo para reforzar políticas públicas o en todo caso respaldos para el poder del Estado ya no tiene del todo cabida, que hacer con lo aprendido? pues reorientar la marcha para evitar seguir tropezando. Y si sumamos el dilema gremial, la frustración toma cita de nuevo; ahora la salida es un reto más hondo todavía, que solo una unión prometida podrá sortear la desdicha.        

 

Carlos Suárez Director del Departamento de Geografía

Llegue de la CiudadCrisol para terminar la deuda y le dije al profe Carlos, en usted esta la consigna historica de hacer que la Geografía responda a su tiempo, sin duda lo aceptó y me dijo:

-Ya sabes que por el correo institucional puedes acceder por un año gratis a Gemini Pro.

Sonreí y le conteste -sí, lo sé muy bien-.    




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