José A. Sánchez       La brújula. Un invento chino traído a Europa por Marco Polo permitió a los navegantes guiarse en los mares durante el día, y al igual que a los cartógrafos, desarrollar su oficio con mayor precisión. Es una herramienta que nos permite hacer uso de fuerzas invisibles como es el electromagnetismo, a través de máquinas complejas pero con mediciones prácticamente sencillas como el azimut. De alguna manera, con la brújula, conciliamos nuestro actuar con el cosmos.       Existen fronteras nacionales definidas a partir de un único trazo azimutal a lo largo de kilómetros entre coordenadas geográficas. Leer una brújula es poner en práctica tradiciones viejas que llevaron su tiempo desarrollarse. Se generaron estatutos, y actualmente por más perdido que esté un funcionario público o un arquitecto, por ley todo plano debe llevar indicado su norte magnético.       En la cotidianidad la importancia de este instrumento ha transmutado en la orientación bás...