La literatura compulsiva no es un acto de planeación; la necesidad de comunicar busca inmediatamente una estética, pero no puede esperar mucho, no puede ser presa del estilo que madura en días. Por el contrario es la prontitud de comunicar la condición que hace que la estética de la literatura compulsiva sea ensayo. El ensayismo que aquí se practica tematiza una categoría del pensamiento de una génesis convergente (tiempo y espacio), el “espaciotiempo” es indisociable. Ensayar el espaciotiempo puede sonar ambivalente, pues el tiempo des-adjetivado y el espacio des-contextualizado suenan a nada; tiempo de qué? Espacio, por cuales relaciones?
El ensayo que aquí se practica no es el configurado por una subjetividad que surca los azares de la existencia, es muy opuesto a eso; parte del diálogo entre semejantes, pero no del diálogo explícito, sino de aquel que se da entre las obras. En fin, el texto que se teje es un texto rizoma que se da entre los amigos para los entendidos.
La toma de conciencia es un efecto de la sociabilización interiorizada! El ensayo no es tan propio como pensamos.
Me encierro en libros y me libero en el blog.